Esta expresión, como ya sabeis, significa que no hay que tomar la parte por el todo, por que el todo siempre es más que la suma de las partes. Una persona, por ejemplo, es mucho más que una simple acumulación de células de distinto tipo, es una entidad con un algo más; ese «algo más» que por cierto trae de cabeza a filósofos y teólogos desde la noche de los tiempos.
Yo voy a aprovechar esta expresión para hablar, de las partes de un dibujo con relación al todo, y del todo en relación a las partes. La cosa no tiene misterio, un dibujo es mucho más que una acumulación de partes, es decir que en un retrato por ejemplo, no basta con colocar bien los ojos, la nariz, la boca y demás rasgos de un rostro, además hay que conseguir que todo funcione como un conjunto armónico, donde las partes dan sentido al todo, pero donde, además, el todo sea un aglutinador que también le da sentido a las partes.
Hay por tanto que asegurarse que cada elemento juegue en equipo con el resto, esto se consigue armonizando las sombras (dándole el valor de oscuridad o luz que le corresponde en el conjunto, observando cada sombra en relación a las demás), comprobando que un ojo no sea más grande que el otro, asegurándose que los ojos estén en proporción a la nariz, etc. En definitiva coordinando cada elementos con el conjunto, incluso haciendo menos «perfecto» ese elemento si el conjunto lo requiere.
No os olvideís de dibujar, y de disfrutar dibujando
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