En ocasiones no sabemos que dibujar, por lo menos a mí me pasa, yo lo considero normal al dibujar muy a menudo, es lógico que los temas se agoten. En vacaciones es fácil, al tener tiempo libre y poder andar de un lado para otro siempre surgen temas.
Yo suelo ir a tomar café, más o menos a la misma hora al Café Mario, sobre el que ya hable en post anteriores, y por suerte es un lugar en el que hay mucha variedad de objetos, que pueden ayudar a las musas en su labor de inspirar a los artistas. Aún así, es fácil que precisamente al ir todos los días, o con mucha frecuencia, la mirada se canse, el cerebro ya no sepa ver las cosas como nuevas, que es una de las fuentes de inspiración más fluidas que existe, la novedad.
Cuando me pasa esto simplemente intento cambiar de ángulo, de técnica, de proporción, etc. Y sobre todo procuro no dejar que la vocecita agorera se salga con la suya, sí esa que siempre está repitiendo «pero si aquí ya lo vimos todo mil veces». Saber reinterpretar lo ya dibujado es una estupenda forma de entrenar la creatividad.
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No os olvideis de dibujar, y ya sabeis cualquier comentario bienvenido.