Estos tres conceptos están muy relacionados entre sí, y condicionan el resultado final de la obra de forma diferente, pero igual de determinante. La proporción es el tamaño relativo de cada parte del dibujo con el resto de los elementos que están en ese dibujo. Por ejemplo el tamaño de la cabeza respecto al cuerpo. Las porporciones pueden ser reales, es decir que la relación entre la cabeza y el cuerpo puede ser la misma que en una persona real, o no. Cada artista decidirá como quiere tratar ese asunto. En resumen la proporción ocurre «dentro» de la obra. La escala en cambio introduce la variante «fuera de la obra». Cuando se representa a una persona de pié, esta representación puede ser de tamaño real, por ejemplo una persona que mide 1.80 m. puede ser representada por un dibujo que de piés a cabeza mide 1.80 m, en ese caso la escala es de 1:1. Es decir cada parte del dibujo es del mismo tamaño que la parte que le corresponde en la realidad. Si representasemos esa misma persona en un mural podríamos representarlo de 3.6 metros de alto, y por tanto la escala sería de 2:1. La escala siempre está conectada a la realidad. Nos queda el tamaño. Este concepto guarda relación con la idea que queremos transmitir (al menos yo lo interpreto así), es decir que introduce el factor psicológico, y además condiciona el nivel de detalle que pongamos en la obra. Por ejemplo, si representamos una manzana en un papel de la mitad de un A4 se podría estar intentando transmitir la idea de intimidad, cercanía, de delicadeza, en general de detalle. Pero si esa misma manzana la representamos en una pared, de un centro comercial por ejemplo, a todo lo que dé la pared, entonces el efecto psicológido será muy diferente; una manzana de ese tamaño está hecha para impresionar, para llamar la atención.
Para resumir, la proporción dentro de los elementos de un dibujo, los pone en relación entre sí. La escala pone en relación el elemento dibujado con el mundo exterior, y finalmente el tamaño pone en relación los elementos dibujados con el soporte (papel, cartón, lienzo, etc) y con el mundo exterior. Son conceptos cuyos límites son difusos y que muy facilmente se podrían intercambiar. Su uso influye mucho más de lo que se piensa en el resultado final. Solo hay que pararse a pensar un momento para comprenderlo; imaginaos un señor cabezón (cabeza des-proporcionada) representado al doble de su escala normal (2 veces su alto por ejemplo) en una pared de 20 metros de alto, 20 metros de ancho. Si cambiáis cualquier elementos de la obra veréis como cambia el efecto final.
No os olvidéis de dibujar y de disfrutar con proporción.

