De vez en cuando es bueno hacer retratos de personas cuya fisionomia no es la habitual en tu parte del mundo (al menos en la mía). Aunque las características de todos los rostros son las mismas siempre hay detalles que difieren y hacen que sobre todo las expresiones sean ligeramente diferentes. Es bueno para mantener el ojo activo, y el cerebro atento a lo que ve y no a lo que sabe.

Los dibujos fueron realizados con grafito, y una técnica que no suelo utilizar mucho (aunque creo que a partir de ahora más) que es el manchado con un difumino usado para carboncillo o grafito. Como está manchado con negro sirve para hacer sombras en superficies más grandes. Eso cambia un poco del clásico rayado que tanto me gusta.

No os olvideis de dibujar y de ser felices dibujando.