Técnica: sombras y luces.

Se me ocurrió escribir esta entrada cuando estaba trabajando en un sombreado. Los negros nunca parecían ser lo bastante negros y los blancos siempre parecían sombríos. Esto me llevó a recordar que si quieres que un tono se vea más oscuro pónle algo muy luminoso al lado, y vice versa.

Nuestro cerebro, como ya sabéis, tiene la árdua tarea de hacer que lleguemos a viejos, y aunque hoy en día es relativamente más fácil que hace 50.000 años, se puede afirmar que no le falta trabajo a ese atareado órgano. Solo hacer que crucemos una calle sin que nos atropellen es una operación que nos puede parecer sencilla, pero que en realidad es bastante compleja. Nuestro cerebro tiene que evaluar a que distancia están todos los coches y demás máquinas que se mueven, la dirección que traen y que llevan, la velocidad a la que van, si hay otros peatones que nos pueden entorpecer antes de llegar a zona segura, etc. Es decir que tiene que evaluar distancia, velocidad, tamaño, trayectoria, de todo lo que se mueve y está quieto a nuestro alrededor. Una de las herramientas que tiene es el contraste entre luces y sombras, eso le permite saber que objeto está delante y cual está detrás, su dirección en función de las sombras, etc. No puede permitirse un mundo sin contraste, si no lo hay se lo tiene que inventar adjudicando valores de claro y oscuro. Es decir si un punto es el más oscuro en su área visual, entonces necesariamente todos los demás son más claros. Si en ese mismo campo visual aparece un punto más oscuro automáticamente nuestro cerebro cambia la relación existente entre todos los demás. Es un proceso automático del que no somos conscientes, y que nos puede llevar a engaño cuando dibujamos.

En la imagen que véis al principio, el rectángulo del centro es de UN SOLO TONO GRIS UNIFORME, aunque lo veáis como un degradado de gris oscuro, a gris más claro. El cambio se produce por el entorno. En la parte superior está rodeado de un color claro por tanto se ve más oscuro, y vice versa. No hay trampa, podéis comprobarlo con un simple teléfono móvil acercando la imagen hasta aislar el rectángulo central.

Conclusión, hay que poner tanta atención a lo que estáis sombreando como a todo aquello que está a su alrededor. No os olvidéis de dibujar.

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