Hoy traigo un dibujo de unas botas, como se puede ver en la imagen. Llevaba unas cuantas semanas pensando en este dibujo, ya tenía elegido el tema, y sabía como quería enfocarlo. Como tenía otros dibujos en el caballete, lo puse en cola. Pensaba en él de cuando en cuando y repasaba el enfoque, todo seguía igual ningún cambio en el enfoque. Finalmente le llegó la hora, y me puse con él, en parte para darle de comer a mi nuevo sketchbook.
Después de unas pocas líneas me dí cuenta que o bien por mi estado mental en ese momento, o bien por que el dibujo se rebelaba, la cosa no estaba tomando la dirección prevista. Quedó meridianamente claro cuando ya no era capaz de controlar lo que hacía, no había duda alguien estaba a los mandos y no era yo. No sé quien era pero, repito, no era yo. Mi particular opinión es que el propio dibujo había tomado los mandos. Me obliga a ir por donde él quería, y permitirle nacer como quería hacerlo. Yo había pensado en algo mucho más académico, más formal en el acabado del sombreado, pero el dibujo o mi otro yo habían decidido que sería algo más expresivo, más informal, con más carácter. Y admito que tenían razón, además para ser sincero creo que desde antes de empezar ya quería hacer un dibujo más expresivo, pero no lo sabía.
Todo esto para decir que, primero, el dibujo hace lo que le da la gana, siempre y segundo que bien mirado la expresividad, el sentimiento, las sensaciones, son más importantes que los aspectos formales, aunque los unos sin los otros no funcionen.
No os olvideis de dibujar y de disfrutar dibujando.
Es muy Fresco, muy natural, y si que refleja la expontaneidad.Gracias.
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Muchas gracias. A veces el dibujo sabe más que le dibujante 🙂
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